Un Prometeo contemporáneo, barroquismo y muchísimo humor: "Pobres Criaturas" (2024)
Hoy nos adentramos en Pobres Criaturas, la última película del interesantísimo director griego Yorgos Lanthimos, que supone una obra inconmensurable, divertídisima y de esas que marcan la diferencia.
Yorgos Lanthimos es, sin duda, uno de los directores más interesantes en el panorama actual cinematográfico. Tras su debut en la dirección con My Best Friend (2001), el director no ha parado de brindar su particular visión del mundo a través de su cine. Fue en 2009 con Canino donde la crítica internacional empezó a no perderle la vista y, tras esa producción, ha tenido un éxito considerable tanto en crítica como en taquilla. De hecho, ya os conté mis impresiones sobre su magnífica película El sacrificio de un ciervo sagrado (2017), reseña que podéis leer aquí. Por ello, estaba muy emocionado de ver que nos ofrecía con su nueva propuesta, Pobres Criaturas (2024), que adapta el homónimo libro de Alasdair Gray. ¡Vamos a por ello!
Pobres Criaturas es sencillamente espectacular. Espectacular en su puesta en escena, en su reparto, en su fotografía, en su dirección y en todo. Para mí es la demostración total de que Lanthimos es uno de los mejores directores que tenemos ahora mismo. Sensible sin pecar de edulcorada, divertidísima sin ser paródica y con un mensaje contundente sin bombardearlo durante su metraje.
Como ya sabéis, no suelo explicar la trama de la película ya que doy por hecho que sabéis de lo que trata la misma. Además, de nada me serviría describiros de que va la película, ya que no soy quien para destriparle la película a nadie. Por ello, trataré de transmitiros mis reflexiones sobre la cinta en un orden lógico sin ser demasiado atropellado. La emoción que suelo sentir por querer contar lo que me ha transmitido una película suele ser difícil de plasmar en escrito, pero no por ello imposible.
Lanthimos en esta cinta bebe muchísimo de directores como Jean-Pierre Jeunet o Terry Gilliam (si no las habéis visto todavía, corred a ver La ciudad de los niños perdidos o Brazil, vais a fliparlo), principalmente en el barroquismo y lo sobrecargado de sus decorados y sets. En ocasiones, incluso me transmite reminiscencias de lo que hicieron en el videojuego BioShock Infinite con la ciudad ficticia de Columbia. Además, sus primeros quince minutos de metraje me recordaron enormemente al cine clásico de los años 20 y 30 (su banda sonora recuerda a clásicos del cine mudo de genios como Chaplin o Keaton), sobre todo a aquellas obras maestras del expresionismo alemán e incluso a las primeras películas de terror de la Universal. Todas estas referencias convergen de manera maravillosa en el film, con unos decorados, vestuario y demás que son para quedarse perplejo.
Nada de esto que comento en el párrafo anterior funcionaría sin la dirección de Lanthimos, que consigue que todos estos elementos de fantasía, humor y drama no solo funcionen sino que sean tremendamente memorables. La dirección de Lanthimos es excelente, sobre todo por sus decisiones a la hora de utilizar diferentes lentes, colores y demás, que hacen que visualmente sea deslumbrante. Hay tanto que apreciar de esta película, de veras os lo digo.
¿Que decir del sensacional reparto? Emma Stone va camino a recoger su segundo galardón de la Academia, ya que estamos ante un papel complicado de afrontar. La actriz estadounidense es capaz de brindar al personaje de Bella Baxter de inocencia, encanto y mucho humor. Mark Ruffalo está de lujo como ese hombre avaricioso y tacaño que trata de aprovecharse de nuestra protagonista. Teniendo, además, la presencia impotente de Willem Dafoe como ese bizarro doctor que es, a la vez, el doctor Frankenstein y su criatura, es imposible no disfrutar de esta maravilla.
Quisiera comentar el ritmo de la misma película, a escasas líneas de terminar esta reseña. Siendo una película de 141 minutos dirigida por Yorgos Lanthimos, jamás me hubiera esperado que fuera a ser tan divertida y entretenida como ha acabado siendo. Estamos ante una trama de organización clásica, con sus tres actos, que funciona tremendamente bien, aunque en su mitad parezca que se diluya un poco. Ha sido capaz de generarme carcajadas y de hacerme pensar, que es una combinación de sensaciones que no todas las películas son capaz de transmitir.
En definitiva, Pobres Criaturas es la consagración de Lanthimos como genio absoluto. Una mezcla perfecta de cine de autor y cine blockbuster que ha llegado para quedarse y a la que espero volver muy pronto. Contentísimo de que esté teniendo buena acogida en el público y deseando que consiga más premios, porque películas así de brillantes aparecen de vez en cuando.
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