Una Vida Contada en 88 Teclas: "Billy Joel: And So It Goes"

Sacad vuestras harmónicas y afinad vuestros pianos porque hoy vamos a tratar el documental Billy Joel: And So It Goes que recorre la vida del pianista y artista desde sus inicios hasta sus últimos sold-out en el Madison Square Garden.

Si Bruce Springsteen es el artista por antonomasia de Nueva Jersey, Billy Joel es el cantautor de Long Island. A pesar de haber nacido en el barrio del Bronx, el artista se mudó a Hicksville y, exceptuando momentos puntuales, ha desarrollado su vida en esa zona de los Estados Unidos, hasta hoy en día. Si contamos sus primeros pinitos en la música con agrupaciones como The Hassles, The Echoes o Attila, proyectos musicales de Billy antes de establecerse como artista solista, entonces caemos en que la carrera de Billy Joel tiene un recorrido de más de sesenta años. Por ello, atreverse a realizar un documental sobre su vida requiere de una extensión considerable y el proyecto de HBO no escatima en metraje. Billy Joel: And So It Goes cuenta con dos episodios de dos horas y media cada uno dirigidos por las ganadoras del Emmy Susan Lacy y Jessica Levin, que ya tienen experiencia en el arte del documental, como demostraron en el documental Jane Fonda in Five Acts.

Sus dos capítulos están claramente divididos por dos épocas clave en la vida del artista. Mientras que su primera parte narra sus comienzos en la música, los primeros éxitos, la mala relación con algunos miembros de la industria musical y su primer matrimonio con la que sería su manager Elizabeth Weber, la segunda parte ahonda en los convulsos años ochenta del artista: el reconocimiento global con temas como Uptown Girl o We Didn’t Start The Fire, los demonios internos que hicieron que se plantease el rumbo de su vida y la carrera del artista después de su decisión de no escribir más música desde The River of Dreams.

© HBO

El documental es tremendamente personal porque está narrado, además de un buen puñado de leyendas como Bruce Springsteen, Sting, Don Henley, Nas o Paul McCartney, por el propio Billy Joel. A través de sus discos de estudio, desde Cold Spring Harbour hasta The River of Dreams, recorremos los altibajos y éxitos de Billy Joel, dando sentido a las letras de sus temas más legendarios. Aunque como Billy dice en el documental: “yo escribo las canciones como hablo”. Esa simplicidad en sus letras, como él defiende, es lo que ha hecho que sea prácticamente un héroe en su Long Island y una de las figuras más representativas de la historia de la música norteamericana. Las aportaciones de Joel a la música van más allá de su talento como letrista. Su dominio absoluto de la estructura de la canción pop y del uso de modulaciones y notas discordantes que aportan una riqueza inmensa a sus temas son el motivo de su reconocimiento a nivel mundial.

Sería inútil esconder mi devoción por el norteamericano, para que quede claro a la hora de tomarme más o menos en serio. Joel forma parte de la banda sonora de mi vida desde que estaba en el instituto. Temas como The River of Dreams o The Downeaster Alexa me llevan a recuerdos preciosos y las letras de canciones como You’re My Home o Just The Way You Are marcaron mis primeras experiencias con esa cosa tan extraña llamada amor. Yo no soy de Long Island, pero hay un sentimiento global en la música de Billy Joel que ha logrado su enorme popularidad. Esa globalidad en su música hizo que la crítica musical lo tildase de cómodo u oportunista. Nada más alejado de la realidad, si la música de Joel es inmortal y ha creado auténticos himnos es por una fusión de talento en el piano, un esfuerzo constante por evolucionar musicalmente y el apoyo de unos músicos de estudio y de una fan base que sigue haciendo sold outs en todos los recintos donde toca.

© Sonic Music Archive / HBO

Billy Joel: And So It Goes triunfa precisamente porque logra presentar una faceta de Joel más personal que nunca pudimos ver en entrevistas o coberturas mediáticas. El artista se despoja de artificios para contarnos su verdad, ahondando en sus adicciones, sus vicios y sus crisis personales, dándole sentido a muchas decisiones de su carrera y haciéndonos redescubrir sus letras desde una perspectiva mucho más personal. Cabe recalcar la inmensa cantidad de fotografías inéditas y metraje de archivo remasterizado con los que cuenta, como el videoclip de Uptown Girl o presentaciones en directo del pianista, convirtiendo al documental es un regalo inmenso no solo para quienes ya son entendidos del artista, sino una puerta estupenda para aquellos ajenos a la música de esta leyenda de la música.

Javi Ocaña Benítez

 


Director y jefe de redacción de Visto En 35MM.    
Amante del fantástico y apasionado de la escritura 
cinematográfica en todas sus vertientes

 

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