The Furious: un tótem imprescindible de la acción del siglo XXI #SITGES2025


The Raid, Twilight of the Warriors: Walled In, The Night Comes for Us... Títulos que llegan a nuestra mente cuando destacamos películas imprescindibles de acción estrenadas en este siglo. Cineastas como Gareth Evans o Timo Tjahjanto han conseguido hacer de las artes marciales un espectáculo que se aplaude y se vive con la misma intensidad que un partido de fútbol o un concierto.

Una realidad es que las propuestas más estimulantes de los últimos años están llegando del continente asiático, teniendo en cuenta que la acción hollywoodense, exceptuando alguna IP excepcional, ha quedado relegada a los estrenos directos de plataformas. Filmes como The Childe de Park Hoon-Jung, la ya mencionada Twilight of the Warriors: Walled In, donde colaboró el cineasta detrás de la película que tratamos hoy, o la saga de mamporros de Ma Dong-seok demuestran la inherente capacidad de Corea del Sur, Hong Kong, China y Japón para ofrecer cine de acción de calidad en todos los sentidos.

En este contexto y haciendo premiere internacional en el 58° Festival Internacional de Cinema Fantástic de Catalunya escribimos sobre The Furious, perteneciente a la Sección Oficial del mismo y ganadora del Premio Especial del Jurado de la Sección Oficial Fantàstic.


Kenji Tanigaki, coreógrafo de acción que ha colaborado con Donnie Yen, Tsui Hark y Jackie Chan, está detrás de este proyecto de acción incesante que narra la lucha de Wang Wei (Xie Miao), experto en artes marciales, y Navin (Joe Taslim), un periodista, contra una red de tráfico de menores que ha perjudicado sus vidas.

La clave para crear set-pieces de acción deslumbrantes recae en la posición de la cámara. Son muchos los ejemplos de secuencias de lucha de películas que se arruinan por un montaje demasiado frenético y utilizando los medios y primeros planos. Tanigaki entiende que para vislumbrar la espectacularidad de un combate este tiene que ser en gloriosos planos generales y vaya si el japonés triunfa en este apartado, gracias al trabajo de fotografía y montaje de Meteor Chang y Chris Tonick, respectivamente. El cineasta toma influencia de las grandes películas de Hong Kong e incluso de los hits de arcade como Street Fighter o Mortal Kombat, ya que se emula esa vista side scroll que Park Chan-wook glorificó en la pelea del pasillo de Oldboy. También se percibe una influencia clara del mundo de los videojuegos en la evolución in crescendo de la película, desde los NPCs que veríamos en el tutorial hasta llegar a los jefes finales que ponen a prueba nuestra resistencia. 

Cabe recalcar que el espectador no espere una película realista, a pesar de que tristemente las redes de tráfico de menores siguen plagando nuestra sociedad, y que se aplique ese concepto que tanto utilizamos los que escribimos de cine llamado suspensión de realidad. Aquí no solo los personajes sobreviven a lo impensable, sino que son capaces de resistir golpes de martillos, cuchillos e incluso bicicletas.

El guion logra encadenar set-pieces espectaculares sin perder la importancia de desarrollar a sus personajes, logrando que el espectador acabe simpatizando con ellos, tanto que las peleas ya no se celebran por el puro espectáculo, sino por el deseo inherente de que los protagonistas logren vencer. A destacar, además de los papeles protagonistas de Xie Miao y Joe Taslim, la interpretación de la hija del protagonista por Yang Enyou, que dota a la película de una sensibilidad particular.

Otro triunfo por parte de la planificación es el aprovechamiento absoluto de los escenarios de la película para que los personajes interactúen con su entorno. En ese sentido, todo lo que veas en pantalla puede, y lo más probable es que acabe siendo, utilizado por los personajes como arma, ya estemos hablando de una botella de whisky, una escalera o las bicicletas previamente mencionadas.

Es por absolutos hits como The Furious que podemos respirar tranquilos sabiendo que los grandísimos directores de cine de acción están siendo sucedidos por una nueva generación de cineastas dispuestos a hacer caer mandíbulas y no escatimar en salvajismo, hemoglobina y puñetazos.

Javi Ocaña Benítez

 


Director y jefe de redacción de Visto En 35MM.    
Amante del fantástico y apasionado de la escritura 
cinematográfica en todas sus vertientes

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