“Longlegs” (2024): Un apabullante combustible de pesadillas

Hoy vamos a visitar al hombre de ahí abajo y solucionar criptogramas macabros para descubrir el enigma de Longlegs (2024), la nueva propuesta de terror y psycho-thriller de Osgood Perkins.



El año 2024 está siendo un verdadero regalo para los y las amantes del fantástico y terror. Producciones tan dignas como Cuando Acecha la Maldad (2023), Vermin: La Plaga (2024), La Primera Profecía (2024) o El Último Late Night (2023) han deleitado a los espectadores con su manera de abordar el género desde perspectivas frescas y rompedoras. En el ecuador del año, justo cuando pensábamos que esta racha estaba descendiendo, nos llega Longlegs, un verdadero fenómeno mediático distribuido por NEON, la nueva gran distribuidora estadounidense responsable de cintas como Descansa en Paz (2024), Inmaculate (2024) o las últimas propuestas de Cronenberg hijo y padre, Infinity Pool (2022) y Crimenes del Futuro (2024).

El director y guionista de esta propuesta, Osgood Perkins, no es una persona ajena al fantástico. Su padre, Anthony Perkins, forma parte del imaginario cinematográfico al ser el actor que hizo de Norman Bates, antagonista de la titánica Psicosis, uno de los antagonistas más inolvidables de la historia del cine. El propio Oz hizo de este personaje en una versión joven para la denostada, pero infravalorada Psicosis II: El regreso de Norman. No obstante, la conexión con el fantástico, más allá de su familia, se halla en sus anteriores producciones, donde ya jugaba con una puesta en escena muy estilizada y unos temas característicos del terror.



Longlegs nos llevará al año 1995 y seguiremos los intentos desesperados por parte del FBI y, concretamente, una de sus nuevas reclutas, Lee Harker (Maika Monroe), de resolver unos asesinatos enigmáticos y perturbadores cuyo único hilo conductor es una críptica nota encontrada en todos los escenarios del crimen, que siempre aparece firmada con el nombre de LONGLEGS. 


Hay tres precedentes claros a simple vista para entender las intenciones de Longlegs. Estos son El Silencio de los Corderos (1991), una conexión tan presente en críticas y reportajes que ha acabado formando parte del poster promocional, y las dos propuestas psycho-killer de David Fincher, Seven (1995) y Zodiac (2007). La obra de Jonathan Demme ha sido confirmada por el propio Perkins como un referente absoluto, con el objetivo de utilizar esa investigación del FBI tan cercana a El Silencio de los Corderos para atrapar a la audiencia y sacarlas de aquella ”zona de confort” una vez entrados en metraje.


Con todo, y yendo más allá de esos precedentes que se han comentado extensamente, la película temáticamente está más en sintonía con cintas del estilo de Cure (1997), la excelente El Exorcista III (1990) o la reciente The Empty Man (2020), por esa mezcla de thriller que va ahondando más y más en el terreno de lo desconocido y lo bizarro, explorando lo siniestro a través de la intersección entre lo psicológico y lo sobrenatural. Tres producciones que profundizan en la inquietante idea de la manipulación mental y la influencia de fuerzas más allá de la comprensión humana, temas presentes en Longlegs y encapsulados en el personaje antagonista, interpretado por Nicolas Cage en su segunda colaboración con NEON desde la maravillosa Pig (2021). 



El norteamericano demuestra su innata capacidad para asumir papeles de toda índole, dotándolos de unos matices inalcanzables para otro actor, en una interpretación que le ha hecho ir a terrenos desconocidos para él como artista y que consigue transmitir un desasosiego total al espectador. Su apariencia, inspirada por el glam rock y, especialmente, por el aspecto de Bob Dylan durante la gira Rolling Thunder Revue, choca al espectador y su presencia lleva a la cinta a unos grados de terror inauditos.


El triunfo de Longlegs queda claro desde sus primeros minutos, con una secuencia inicial que deja claro no solo el excelente tratamiento del sonido que veremos a lo largo del filme, sino la fotografía inolvidable de Andres Arochi, que conjuga unos planos generales preciosos que chocan con lo lúgubre y tenebroso que se expone en pantalla. Con unos encuadres muy kubrickianos en cuanto a la simetría, el director recurre, en su mayoría, a planos generales para narrar la historia. Otro factor destacable de la propuesta es el uso de diferentes relaciones de aspecto (2:35:1 en el presente y un formato cercano al 8MM en los flashbacks) y distintos formatos de vídeo, que dotan a la película de momentos cercanos al terror analógico y los creepypasta, terroríficas leyendas de Internet sobre desapariciones, asesinatos y demás misterios con la presencia constante de la tecnología. 



Profundizando en sus intérpretes, la protagonista, Maika Monroe, que ya había participado en propuestas de género como It Follows (2014) o El Extraño (2022), está espléndida. La actriz se decantó con el rol una vez leido el guion y realiza un papel que consigue elevarse de una Clarice Starling 2.0 al interpretar a un personaje gris, con mucho que se esconde detrás de su fachada. Cierto es que, por ausencia de esta información en el guion, no queda claro el verdadero motivo de la actitud tan fría y disociativa del personaje de Monroe, pero puede interpretarse como las consecuencias de una niñez marcada por el sufrimiento. 


La película tiene tres actos diferenciales, los cuales están marcados por capítulos explícitos, un cliché muy manido del cine contemporáneo y que, aun siendo vistoso, no tiene mucha justificación en la trama. A pesar de que su tercer acto peque de ser demasiado explicativo, siendo en un momento clímax de la trama, sus dos primeros actos son una clase magistral de dirección, triunfando en la creación de una atmósfera perturbadora y mal sana que cala hondo en el espectador. Si con esto contamos que la presencia del personaje de Nicolas Cage eleva el componente terrorífico a cuotas inauditas, estamos ante una de las propuestas inolvidables de un año fantástico para el género.



En definitiva, Longlegs ha superado todas sus expectativas gracias a una puesta en escena fantástica, unas interpretaciones de una calidad inestimable y la dirección de un cineasta que ha firmado una pieza magistral y imperdible para todos y todas las espectadoras. Con diez millones de presupuesto, la película ha cosechado más de ochenta en taquilla y ha sido un éxito inesperado pero merecidísimo para todo el equipo. La película está disponible en todas las salas de España y os insto personalmente a que vayáis a verla en pantalla grande, la experiencia es inmejorable cuando se disfruta junto a otros espectadores, siempre y cuando sean amantes del cine o, como mínimo, personas con respeto, algo que no se puede decir todos los días.


Como nota adicional, recomiendo encarecidamente que, una vez hayáis visto la película visitéis la página web The Birthday Murders, un ARG (Alternative Reality Game) creado para la promoción de la película que sirve como dossier ficticio de los asesinatos de la película y que cuenta con material de archivo, fotografías e incluso grabaciones de voz de todos los asesinatos, además de las cartas de LONGLEGS, para los y las que quieran pasar una tarde descifrando criptogramas. Una promoción similar a la que se hizo con El Proyecto de la Bruja de Blair (1999) y que extiende el universo presentado en la película.



Si os habéis quedado con ganas de escuchar más sobre lo que me ha parecido Longlegs, podéis disfrutar de un espléndido debate en Amantes de Uyuni moderador por mi querido Jon y junto a personalidades de la escritura y crítica cinematográfica como Sergio de Universo Lumiere y Manuel de Temporada de Premios. Tenéis el enlace aquí, ¡espero que os guste!

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