Entrevista a Paola Randi, directora de "La storia del Frank e della Nina" │#28FestivalMálaga

En el marco de la sección Mosaico, tuvimos la oportunidad de ver La storia del Frank e della Nina, presentada en la sección oficial del 81º Festival de Venecia. Paola Randi, su directora, nos concedió una entrevista maravillosa, en la que reflexiona sobre sus referentes, la concepción de sus personajes y el estilo de la película.

Siempre recomiendo a los y las primerizas en el Festival de Málaga que mantengan un ojo a la sección Mosaico: Panorama Internacional. No solo porque tienen la oportunidad de ver los próximos estrenos internacionales con anterioridad, sino porque siempre se muestra un abanico caleidoscópico de miradas, autores y cineastas. Eso nos ocurrió con La storia del Frank e della Nina, una película que supura amor por todos sus costados.

La obra de Paola Randi, una cineasta amante del cine, la mejor combinación posible, nos lleva a una Milán fantástica donde conoceremos a un trío de personajes la mar de encantadores: Gollum (Gabriele Monti), Frank (Samuele Teneggi) y Nina (Ludovica Nasti). Estos tres outsiders de la vida se verán envueltos en una trama llena de momentos cómicos que, al mismo tiempo, hacen al espectador reflexionar sobre la amistad, la libertad y el papel de los más jóvenes en la sociedad.

A través de un estilo único donde se muestra la marca autoral de Randi, somos testigos de cambios de cámara repentinos, colores vivos, relaciones de aspecto heterogéneas y una voz en off que va guiando el filme. Un arrebato de originalidad y amor que ha hecho que no vayamos a perderle la pista a esta cineasta. Se nos presentó la oportunidad desde Visto En 35MM de entrevistarla y no pudimos resistirnos, después de las sensaciones positivas que nos dejó el filme.


J: Siempre me gusta comenzar las entrevistas dando espacio al director para presentar su película. ¿Por qué crees que La Storia de Frank y della Nina es relevante y por qué quisiste contar esta historia?

P: Bueno, originalmente soy de Milán, pero me mudé a Roma hace muchos años. Así que pensé que era hora de contar una historia sobre mi ciudad, porque es un lugar interesante: una ciudad industrial. La gente va allí a trabajar, pero también son soñadores, ¿sabes? Sueñan con una vida mejor. Antes llegaban de toda Italia, ahora de todo el mundo. Este movimiento hacia el centro, el corazón de la ciudad es esencial para construir un lugar como Milán, exitoso y famoso por la moda, pero también romántico porque está lleno de sueños. La gente despierta cada mañana, viaja al centro para trabajar, pero lo que los mueve son sus sueños de un futuro mejor. Esa es el alma romántica de mi ciudad, y creo que mucha gente puede identificarse con eso.

J: Porque pasaste allí tu juventud, ¿no?

P: Exacto. Pasé mis años de adolescencia y mis primeros veinte allí. Y en Italia, los adolescentes suelen ser malinterpretados; siempre se enfocan en lo peor de ellos. Pero yo me identifico mucho con esta generación. Por ejemplo, en mi época vivimos el sida, que fue una pandemia que afectó la vida social. También estábamos asustados por la Guerra Fría, con la amenaza de una guerra nuclear. Ahora, los jóvenes viven otra pandemia y enfrentan sus propios miedos.

J: Y la tecnología también crea esa brecha generacional.

P: ¡Sí! En mi época, nuestros padres no entendían la MTV, igual que ahora muchos no entienden las redes sociales. Por eso me enfoqué en personas invisibles, esas que no encajan, pero son importantes. Mucha gente se pregunta: ¿Por qué soy diferente? ¿Por qué voy en otra dirección? Y al final, así es como encuentras amigos, no solo en personas reales, sino también en el arte, el cine, la música.

J: Su película es un soplo de aire fresco en un festival lleno de drama y realismo. Es muy refrescante como planteas los cambios de cámara, de relación de aspecto…

P: Mi problema es: ¿realmente el realismo en el cine representa la realidad? Me encanta el drama y me encanta el realismo, y vengo de un país donde el neorrealismo es fundamental. Pero, por otro lado, cuando vives y tienes problemas, tú no eres tus problemas; eres algo más, eso no te define, creo yo. Me interesa mucho el antídoto, eso que todos intentan poner en marcha para enfrentar los problemas en lugar de simplemente mostrarlos. Sí, representar el problema, claro, pero el problema es un problema, todos tienen problemas, todos viven algún drama. Algunos tienen dramas más grandes, pero no existe tal cosa como un “gran drama” o un “pequeño drama”, porque todo es relativo. Aun así, creo que todos somos diferentes y, al mismo tiempo, compartimos un terreno común: el de buscar soluciones, algo que nos haga capaces de enfrentar y superar los problemas. Mis personajes son adolescentes, así que básicamente se trata de una lucha, una fantasía contra la realidad, porque cuando eres joven te imaginas la vida, pero también cuando eres mayor. La imaginación es nuestro superpoder, todos lo tenemos como seres humanos, y afecta prácticamente todo en nuestra vida. Por ejemplo, creo que todos somos capaces de hacer una película, porque todos imaginamos cosas. Cuando tienes que ir a una cita, por ejemplo, te imaginas qué va a pasar, creas escenarios, escribes los diálogos en tu cabeza... y nunca ocurre como lo pensaste, pero en ese momento ya creaste algo, creaste una historia. Y eso es muy importante. Por eso creo que el drama, el drama por sí solo... incluso el neorrealismo te enseña eso. Fellini, por ejemplo. O De Sica, que hizo algo como Milagro en Milán, una película fantástica, y que no es nada realista

La imaginación es nuestro superpoder, todos lo tenemos como seres humanos, y afecta prácticamente todo en nuestra vida.

J: Ya que has mencionado a Fellini y De Sica te pregunto, ¿Cuáles son tus referentes cinematográficos?

P: ¡Oh, dios mío! Esto es demasiado difícil. Para esta película tenemos a la Nouvelle Vague muy presente, ya que necesitaba absorber un tipo de disfrute y romper las reglas. Estaba trabajando en voz en off y eso es un recurso muy utilizado en ese movimiento, especialmente Bande à part y Jules et Jim. Dos películas muy importantes para mí son del realizador Hal Ashby: Being There y Harold and Maude. También están presente los hermanos Coen por su uso de la voz en off. Me encantan muchos autores, desde Tarantino a PTA y también amo a Kaurismäki, Almodóvar, Loach, Leigh… Adoro el cine francés. ¡Es imposible elegir! Adoro el realismo cuando hace fantasía, como en Let Me In. O la película The Addiction de Ferrara. Adoro a Fellini, especialmente Amarcord, que es maravillosa.

J: Con todas esas referencias, normal que la película sea tan original.

P: De hecho, no sé si recuerdas, que se menciona La chimera en la película. Me parecía muy encantador tener a un grupo de jóvenes robando y, al mismo tiempo, hablando de una película de Cannes. También fue una referencia porque adoro el cine de Alice Rohrwacher, creo que es fantástica. Tenemos grandes cineastas en Italia, pero no son suficientes. Una directora que aprecio muchísimo en Francesca Comencini, que este año sacó una película impresionante llamada Il tempo che ci vuole.

J: El personaje de Gollum me parece un pilar tan fundamental de la película.

P: ¡Exacto! Es un personaje con el que muchos se identifican: tímido, enamorado en secreto, que sufre cuando su amigo más extrovertido se acerca a la chica que le gusta. Es una historia de amistad y amor, algo confuso en la adolescencia.

J: Y visualmente, la película es increíble: juegas con el blanco y negro, el color, los formatos...

P: Quería reflejar la memoria emocional. La realidad no es lo importante, sino cómo la recordamos. Por eso usamos colores aislados—amarillo, rojo—para expresar los sentimientos de Gollum. El cine no tiene por qué ser realista; Picasso decía que la fotografía liberó al arte de la obligación de retratar la realidad, e internet hizo lo mismo con el cine.

J: El elenco es brillante, hay un ensamblaje de personajes extraordinario. Yo me he sentido como Frank en ocasiones, queriendo rechazar la tecnología y lo actual. Me encantó especialmente el personaje de El comandante.

P: ¡Es Bruno Bozzetto! Una leyenda del cine de animación italiano. Hizo la primera película animada del país, West and Soda. No es actor, de hecho, odia actuar, pero aceptó el papel y fue genial. El resto del elenco también: Nina (de L'amica geniale) y los chicos que interpretan a Gollum y Frank. Trabajamos meses juntos para crear esa química.

J: Por último, ¿cómo fue estar en Venecia y Málaga?

P: ¡Fantástico! El público en Málaga es increíble—apasionado, lleno de preguntas. Ojalá pueda volver a trabajar aquí. España e Italia comparten esa emoción mediterránea, ese corazón en la mano.

Desde Visto En 35MM queremos desearle mucha suerte a Paola Randi con su película. Una coproducción entre Italia y Suiza en la que están involucrados Fandango Sales, RAI Cinema y Spotlight Media Productions. A salas españolas nos llegará distribuida por Reverso Films.

Javi Ocaña Benítez

 


Director y jefe de redacción de Visto En 35MM.    
Amante del fantástico y apasionado de la escritura 
cinematográfica en todas sus vertientes

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