Entrevista a Hilario J. Rodríguez, autor de 'El año pasado en Marienbad'

En nuestra sección Bobina y Tinta os invitamos a entrar de lleno en la obra más conocida del director francés Alain Resnais, de la mano de Hilario J. Rodríguez, autor del libro editado por Providence Ediciones y enmarcado en su imprescindible colección Telemark. Habiendo alcanzado su tercera edición, ha logrado traer una obra de un interés inmenso y de una profundidad admirable en un panorama cultural dominado por el clickbait y la satisfacción inmediata.

Como dice María del Rincón Yohn, el cine crea en la mente imágenes del mundo. A través del séptimo arte hemos sido testigos a lo largo de nuestra vida de historias apasionantes, enmarcadas en géneros como el drama, la comedia, la ciencia ficción o el terror, que nos han cautivado inmensamente. Pero ¿y si el cine en vez de representar el mundo terrenal tratase de plasmar lo efímero en un recuerdo, en algo acontecido hace años que recordamos vagamente? Eso mismo es lo que logró Alain Resnais en 1960 con su filme El año pasado en Marienbad, una obra inmensa que resulta una virtuosa experimentación de la semántica cinematográfica enmarcada en una historia tan sencilla como la de un triángulo amoroso. 

A través de la narración de X (Giorgio Alberrtazzi) y unas melodías de órgano muy desconcertantes, el cineasta nos introduce de lleno en ese balneario con salones y galerías de una belleza inmensa. Los salones están llenos de personas, pero carentes de humanidad. Son figuras sí, pero hay algo que no está bien en el ambiente, como si algo no cuadrara. Más que un balneario de lujo, Marienbad se transforma en un espacio liminal cercano a los backrooms, aquella historia originada en 4chan en el año 2019 y catapultada al estrellato gracias a la maravilla de metraje encontrado The Backrooms de Kane Parsons.

A propósito de El año pasado en Marienbad, Providence Ediciones ha publicado un libro en su colección Telemark escrito por Hilario J. Rodriguez, figura imprescindible de la crítica cinematográfica nacional. El autor invita al lector a descubrir la obra de Resnais desde una perspectiva intertextual, no solo desde el texto principal que es la película, sino a través de literatura, películas precedentes e influencias claras, para observar la huella de Marienbad en filmes posteriores. También es particular el trabajo de investigación del autor, que le ha llevado a viajar por Europa para complementar su investigación, un aspecto del libro que lo hace irresistible para el cinéfilo que le tiene respeto a la obra de Resnais, como era la persona que os escribe estas líneas.

El año pasado en Marienbad triunfa porque no es una explicación exhaustiva de todo lo que significa la película, muy al estilo de como haria un youtuber con títulos a lo Final explicado con spoilers. Al contrario, Hilario abre la puerta a la reflexión y ayuda a los menos experimentados con la filmografía de Resnais a comenzar a transitar la particular huella autoral del francés y a dar los primeros pasos en ese balneario del cual se entra pero nunca se sale.

Hemos tenido la fortuna en Visto En 35MM de poder entrevistar a Hilario en una charla donde, además de hablar de cine entre amantes, un placer indiscutible de la vida, ahondamos en la obra del cineasta francés, sus influencias, su huella en el cine contemporáneo y demás temas que demuestran la innegable fuerza de esta película. 

P: ¿Cuáles fueron los motivos por los que decidiste tirarte a la piscina e ir a por El año pasado en Marienbad.

R: Esa es una gran pregunta, porque, si doy con una buena respuesta, ya encamino a la gente para entender qué es lo que hay en el libro. A mí vino la editorial Providence a proponerme que escribiera un libro. Fueron a buscarme un año en la feria del libro de Madrid y llegaron allí con tres libros de la colección Telemark y me dijeron, ¿conoces esta colección? Yo la conocía, pero no tenía ninguno de los libros y me dijeron “Los hemos traído para ti porque nos encantaría que escribieras uno”, y yo dije “ostras, ¿yo? ¿escribir uno?” y entonces yo les dije, “bueno y ¿ya tenéis pensada la película?” Y me dijeron “no, la tienes que elegir tú”. Yo entonces les dije “A ver, mi director favorito es Robert Bresson, que quereis que os haga Un condenado a muerte se ha escapado y nos lo comemos con patatas?” Y nos dijeron “La que tu quieras”. 

Pues, ahora que escribo más ficción que sobre cine, voy a hacerla sobre una de mis películas favoritas, Stalker, de Andrei Tarkovsky porque es una película que siempre me ha resultado muy misteriosa y sé que para que uno llegue a entender las películas que les parece misteriosas, a veces tiene que escribir sobre ellas porque escribiendo todo lo que se te hace difícil se te comienza a hacer más fácil. Pero, despues de pensarlo un rato, ya había un libro sobre la película de uno de mis escritores favoritos, un británico llamado Geoff Dyer. Y pensé, no voy a escribir un libro jamás como ese. 

Entonces pensé en escribir un libro sobre la película Providence, que es el nombre de la editorial. La película trata sobre un escritor que está mayor y trata sobre cómo le funciona el cerebro cuando ese cerebro está dejando de funcionar bien, porque ya es un hombre. Sus recuerdos se mezclan con una novela que está intentando escribir, pero se mezcla con los recuerdos reales, entonces es una película fascinante. Pero pensé que eso era fácil para mí, que soy escritor.

Pensé en Ciudadano Kane o Centuaros del Desierto, pero ya habían escrito muchísimo. Y fui descartando hasta llegar a una película, no te voy a decir que sea una de estas que me llevaría a una isla desierta, porque yo a una isla desierta me llevaría películas divertidas, películas que vería 100 veces, y no Marienbad, que te produce, si la ves 100 veces, pesadillas. Pero es cierto que siendo la película una de las más misteriosas de la historia del cine, dije, “esta película va a ser de verdad un reto”, porque con esta película voy a aprender qué es lo que me atrae a ella. Porque no entiendo qué es lo que hace que me atraiga, y, si esa película me invita a hacer viajes por Europa, aprenderé algo que no sabía, de Europa, del cine europeo y de Marienbad.

Decir que Alain Resnais no formó parte de la Nouvelle Vague sería injusto

P: Mencionas en tu libro que la obra de Resnais se parece a una isla entre otros movimientos ¿Crees que Alain Resnais fue un miembro de la Nouvelle Vague propio o formó parte de un movimiento coetáneo, pero distinto un poco separándose un poco de la nueva ola del cine francés?

R: Decir que Alain Resnais no formó parte de la Nouvelle Vague sería injusto. Aunque era unos años mayor —solo seis— que los principales cineastas del movimiento, su obra fue contemporánea a la de ellos y comparte varias afinidades. El año pasado en Marienbad, por ejemplo, se rodó casi por completo en escenarios reales, lo que muestra una voluntad de anclar lo cinematográfico en lo tangible, algo también presente en la Nouvelle Vague.

Sin embargo, existen diferencias clave. En Los 400 golpes, François Truffaut dirige a Jean-Pierre Léaud para que su interpretación de Antoine Doinel sea una fusión entre el niño real y el personaje. En cambio, en Marienbad, los actores parecen autómatas, desprovistos de psicología o naturalismo.

Aun así, Marienbad comparte con la Nouvelle Vague su fuerte cinefilia: las referencias constantes al cine clásico, como a John Ford, Fritz Lang o Anthony Mann, están también presentes. Por eso, no se puede excluir Marienbad del movimiento, aunque tampoco se le puede considerar enteramente parte de él.

P: Una rotunda respuesta. Creo que al final, como tu comentas en el libro, son movimientos que confluyen porque estamos hablando del mismo país, estamos hablando de influencias similares como tú dices, pero claro, evidentemente ahí son diferentes enfoques al arte cinematográfico. En tu libro comentas lo kubrickiano del propio balneario de Marienbad dando una especie de Overlook europea. A priori de esto, ¿dónde o en qué ejemplos concretos podemos observar actualmente la huella de Marienbad, tanto en cine como en literatura?

R: Tres años antes de El año pasado en Marienbad, se rodó Senderos de gloria de Stanley Kubrick en uno de los palacios utilizados también por Alain Resnais, aunque él nunca lo supo. Desde que conocí ese dato, no he podido ver Marienbad sin imaginar a Kirk Douglas bajando las escaleras. Con el tiempo, descubrí que Marienbad fue una de las películas favoritas de Kubrick e inspiración directa para El resplandor, especialmente en la planificación visual.

Lo que une a Marienbad con otras películas como El resplandor es la idea de que la memoria es una construcción arquitectónica. Resnais ya había explorado esta noción en Toda la memoria del mundo, donde recorrer la Biblioteca Nacional Francesa se asemejaba a recorrer un sistema nervioso.

En muchas películas, los personajes vagan por espacios interiores sin hacer nada aparente —como el niño en El resplandor—, pero cada paso los acerca a presencias fantasmales, memorias latentes. En Marienbad, los personajes parecen vivos, pero podrían estar muertos; no sabemos quiénes son ni qué relación tienen. Hablan fragmentariamente, como si fueran restos de personas ya desaparecidas.

Al visitar el palacio real de Múnich, uno de los lugares de rodaje, supe que durante la Segunda Guerra Mundial sirvió como almacén de objetos robados a los judíos antes de su deportación. Comprendí entonces que Marienbad también tiene su “cementerio indio”, como el del hotel Overlook: un lugar hermoso pero maldito. Y que, en el fondo, toda la historia del cine puede entenderse como una gran casa de fantasmas —unas veces fantástica, como en Stephen King, otras, tan real como el horror que encierra Marienbad.

La película es como una maldición, una "tumba de la distancia", más que una casa de fantasmas

P: Uno de los aspectos más innovadores de tu obra es que la investigación no solo se ha hecho de manera bibliográfica, sino que decidiste viajar por Europa, haciendo que tu impronta sea única. ¿sientes que ese viaje, ya no solo viaje este en Europa, sino el literatura, cine, en definitiva, a todos, ¿sientes que ese viaje de investigación ha supuesto un momento imborrable de tu vida en el sentido de que sientes que te ha aportado escribir este libro y dedicar tanto tiempo a buscar relaciones intertextuales, explorar la obra de otros directores, coetáneos, y tal, o la influencia?  ¿Qué sientes que te ha aportado este libro a tu recorrido, como escritor?

R: Todas las películas que nos gustan nos enseñan algo, aunque ese "algo" solo se hace evidente cuando reflexionamos sobre ellas en conjunto. No podemos pensar profundamente en todo lo que vemos a diario, o colapsaríamos. En mi caso, Marienbad me reveló algo que ya me había enseñado mi padre, profesor de historia del arteno hay que esperar pasivamente que las imágenes lleguen a nosotros, porque si lo hacen desde muy lejos, ya han perdido parte de su esencia. Me decía que uno tiene que acercarse a las imágenes, porque solo así es posible distinguir qué parte es real y qué parte ficticia. 

Al acercarme a las imágenes de Marienbad, comprendí que lo que parecen imágenes de glamour pueden estar hechas con la materia prima de las pesadillas. La película es como una maldición, una "tumba de la distancia", más que una casa de fantasmas. Ni Alain Resnais ni Alain Robbe-Grillet esperaban que Marienbad fuera tan famosa, pero durante toda su vida fueron interrogados constantemente sobre ella. La mayoría de los actores y actrices que participaron en la película, salvo Delphine Seyrig, apenas volvieron a trabajar en cine. Una de ellas, Françoise Spira, incluso se suicidó dos años después. Curiosamente, había filmado un making of del rodaje que se creyó perdido y fue recuperado más tarde. 

A Seyrig, a pesar de seguir actuando, los directores siempre le pedían que repitiera su papel de Marienbad. Para ella, como Indiana Jones para Harrison Ford, Marienbad no fue un premio, sino una maldición.

P: En el libro mencionas esa entrevista de 2009 a Resnais, en la que, más de 40 años después del estreno de Marienbad, le siguen preguntando por ella. Siendo el segundo largometraje de Resnais, es impresionante. Lo valioso de El año pasado en Marienbad es que ofrece al espectador suficientes claves para mantener cierta coherencia, pero deja espacio para interpretaciones personales.

R:  Yo creo que hay un Marienbad para cada generación diferente. E incluso para cada momento de tu vida, porque yo, Marienbad, la primera vez que la vi, que la vi muy joven, bueno, me dejó mudo. Ahora ya, claro, me he acostumbrado a ella y ya no me deja mudo, pero la primera impresión fue como decir, "¿Aquí qué pasa? ¿esto qué es?"

Yo creo que hay un Marienbad para cada generación diferente

P: Si Resnais hubiera nacido en los 90 y se hubiera dedicado al cine actual, ahora mismo las redes estarían llenas de vídeos virales explicando el final de El año pasado en Marienbad.

R: Exacto, exacto. Sí, pero menos mal que no, porque si él explicase el final de Marienbad, nos fastidiaría a todos. Es mejor no explicarlo. Nos rompe la ilusión y además es que a nosotros nos gusta que haya misterio.

P: Es que Marienbad es puro misterio. Es vivir un sueño o una pesadilla. He tenido sueños parecidos a Marienbad: figuras sin gestos ni emociones, lugares normalmente llenos pero vacíos. Me fascina porque parece una película sobre alguien intentando recordar algo de forma vaga, como atrapado en un espacio liminal.

La película que mejor entendió a Marienbad fue Origen de Christopher Nolan

R: Hay una película de ciencia ficción dirigida por Richard Fleischer, Viaje alucinante, que narra cómo un equipo miniaturizado entra en un cuerpo humano para salvar la vida de un líder político. Marienbad es una historia similar, pero más abstracta: los personajes recorren pasillos sin trajes espaciales ni tecnología, como si estuvieran dentro de un cuerpo o una mente, y nosotros, como espectadores, participamos en ese proceso de rescate. La película que mejor entendió a Marienbad fue Origen de Christopher Nolan, quien la tuvo como referencia. En Origen, la memoria es tratada como una arquitectura en la que un equipo entra para robar secretos, pero en realidad está explorando traumas y recuerdos. También El ángel exterminador, aunque posterior a Marienbad, comparte esa misma esencia.

P: Es curioso cómo Marienbad ha ido creciendo con el tiempo y cómo cada generación encuentra en ella algo distinto. Como mencionas, el cine es un arte intertextual, que se nutre de la literatura, la pintura, la música… nada en su historia está desconectado. También me parece muy valiosa tu investigación sobre Alain Robbe-Grillet, el guionista, que no es tan conocido como Resnais. A mí, personalmente, me ha despertado interés por el Nouveau Roman, que apenas conocía más allá de algún autor suelto visto en la carrera.

R: El Nouveau Roman fue un movimiento muy ligado a su época y, al ser tan experimental, hoy en día ha quedado un poco olvidado. Lo experimental tiende a envejecer más rápido, porque cada época tiene su propia forma de experimentar. En cambio, lo figurativo o más comprensible suele perdurar mejor en el tiempo.

Javi Ocaña Benítez

 


Director y jefe de redacción de Visto En 35MM.    
Amante del fantástico y apasionado de la escritura 
cinematográfica en todas sus vertientes

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