Entrevista a Alberto Gastesi, director de "Singular" #35FANCINE

En el contexto de la Sección Oficial del Festival de Cine Fantástico de la Universidad de Málaga hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Alberto Gastesi por su película Singular, una película que lleva al espectador a una experiencia existencial sci-fi de una complejidad notable que engrandece a un género apenas tratado en la industria española.

Por desgracia existen géneros dentro de la industria española en los que los directores encuentran dificultades para rodar sus historias por la mínima apuesta de la industria en ellos. Uno de ellos es la ciencia ficción que, exceptuando casos como EVA (2011) o Invasión (2024), sigue sin verse tratado en la pantalla con la frecuencia que en otros países. Afortunadamente, tenemos la fortuna de que este año Alberto Gastesi nos ha deleitado con Singular, una obra contundente y certera sobre el duelo, las emociones y las inteligencias artificiales, amen de otros temas que merecen la pena reflexionar.

La película cuenta como Diana (Patricia López Arnaiz), especialista en Inteligencia Artificial, y Martín (Javier Rey), años después del fallecimiento de su hijo, deciden reencontrarse y pasar un fin de semana en su casa a las afueras de la urbe. En ese contexto donde empiezan a ocurrir encuentros, conversaciones y revelaciones que perturban la normalidad de sus vidas, incluyendo la aparición de un joven que se asemeja al hijo que ambos perdieron tiempo atrás.

Singular se mueve entre el existencialismo, la ciencia ficción y el drama, funcionando de manera estupenda in crescendo. La fotografía y puesta en escena son de una calidad inmensa, ya que el equipo creativo es capaz de exprimir mucha variedad de escenarios aparentemente similares y logra desprenderse de la simpleza que a veces supone el lenguaje cinematográfico contemporáneo. Este aspecto visual se engrandece cuando se tiene en cuenta su minimalista banda sonora, que funciona en el contexto de la película y tiene relación estética con lo que se narra en la película.

En cuanto a sus intérpretes, Patricia López Arnaiz sigue demostrando que es una de las actrices del momento. Las capas con las que dota al personaje de Diana traspasan la pantalla. Su rostro ilumina los primeros segundos de la película y, desde que ves su rostro, el espectador empieza a hacerse preguntas sobre su personaje. Su acompañante, Javier Rey, también muestra una buena capacidad actoral, sabiendo perfectamente en qué momento explotar y en cuál mantener la calma. Es menester dar una mención especial a Miguel Iriarte, Iñigo Gastesi, hermano del director, y Emilia Lazo, que interpretan personajes nada fáciles y que realizan su labor interpretativa con muy satisfactorios resultados.

La película de Alberto Gastesi recorre caminos raramente explorados en el cine español y por ello considero que su importancia es superlativa. Propone reflexiones muy contemporáneas sobre la inteligencia artificial, sin caer en tópicos manidos, siendo una película con mucha clase en lo visual y en lo narrativo. Parecería a priori una película pequeña, pero esta cinta se engrandece y sorprende al espectador por su tratamiento de las inteligencias artificiales desde la filosofía y el drama. 

En Visto En 35MM hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Alberto, su director, que nos habló sobre la gestación del proyecto, sus inspiraciones y demás temas de sumo interés para aquellos y aquellas a los que haya interesado la película.

Levantar una película tan complicada, aparentemente nada barata y con un género como la ciencia ficción, parecía una misión imposible

P. El proyecto nace antes de 2019. Ganaste el Pitchbox, fuiste a Spanish Screenings y, después de tantos años, por fin sale a la luz. ¿Cuál fue la génesis del proyecto y la gestación?

R: Nombras el año de Sitges, que es 2019, pero hay muchas cosas previas. Un año antes teníamos una versión anterior de guion. Recuerdo que, no sé con qué carambola, hay una productora americana —una productora americana de las que han llevado películas a los Oscar— que de repente se interesaron mucho por el proyecto. Estuvimos en una especie de euforia pensando que eso se hacía. Luego hicimos una versión de guion que no les convenció, les pareció demasiado autoral. Fue un golpe gigante.

Todos estos últimos casi diez años han sido un rollercoaster de emociones con que se hacía o no se hacía. Y esto no sería posible sin una determinación muy clara de saber que esta peli se iba a hacer sí o sí. Lo teníamos clarísimo, tardásemos lo que tardásemos.

Conocí a Alejandra (la productora de la película) en 2013 y ya le estaba hablando de esta historia. Tenía una versión un pelín distinta, pero la esencia ya estaba ahí. El origen del guion de lo que ahora se llama Singular son dos cortometrajes previos que hablaban un poco de lo mismo: se preguntaban si, eso que tantas veces hemos visto en la ficción —las máquinas rebelándose y ese combate—, si el combate se resuelve y las máquinas ganan pero no saben qué hacer con la vida, ¿por qué querrían ser humanas? Esa pregunta estaba desde el principio.

Los dos cortos planteaban esto y lo recogimos en un guion que se llamó Autómata en 2013. Pero muy poco tiempo después apareció Autómata, la película con Antonio Banderas. Entonces cambiamos el título y se terminó llamando Singular. A partir de ahí empezamos a reescribir y a mejorar el guion Alex Merino y yo. Ha pasado por muchas fases.

Te contaba lo de la productora americana cuando parecía que todo estaba perdido, pero luego llegó la selección del Pitchbox de Sitges, que era para nosotros ya un triunfo. En ese momento no éramos nadie. Hacíamos publicidad en Madrid, teníamos una productora de publicidad. Con Alex yo había escrito un corto, había hecho otros cortos antes… pero no éramos nadie. Levantar una película tan complicada, aparentemente nada barata y con un género como la ciencia ficción, parecía una misión imposible. Y mucha gente nos decía que era muy complicado. Autómata, por ejemplo, no fue muy boyante en taquilla; Eva, que tiene que ver con robots, también fue complicada. En este país la ciencia ficción es difícil y siempre nos ponían esa alerta delante.

Sitges fue el gran impulso; además luego ganamos. Las productoras empezaron a leernos y, de toda la pila de guiones que tienen, te colocaban arriba. Fueron pequeños hitos milagrosos durante años que han terminado consiguiendo que financiáramos la peli, que tuviéramos a dos actores tan maravillosos como Javi y Patricia y que la rodáramos en 2024.

P: Y después de esa montaña rusa, ahora que se estrena la semana que viene, ¿cómo ha sido esta última etapa?

R: Después de rodar, que fue un rodaje plácido, llega el otro gran escollo: la distribución. Hasta hace muy poco pensábamos que no teníamos. Si no consigues distribuidora sobre el proyecto antes de rodar, luego es muy complicado que una película española encaje. Nos seleccionan para Sitges en sección oficial, que es maravilloso, pero no teníamos fecha de estreno. No era 2025, pero teníamos que decirle a la gente que nos íbamos al siguiente año y ya veríamos cómo y con quién.

Y de pronto aparece Warner Bros, una distribuidora de las más grandes. Gente del equipo había visto la película y les gustó. Tenían un hueco, querían volver a verla, la revaloraron y de repente todo se aceleró. La quisieron distribuir y la distribuimos este mismo año. Ha sido otro "salvados por la campana". Es muy importante que haya ocurrido esta apuesta valiente por una distribuidora de gran público, apostando por cine que intenta conjugar lo comercial con una mirada autoral. Es sorprendente que Warner dijera “vamos a echarle otro vistazo”.

Sí recuerdo que, en el proceso de escritura y preparación, antes del rodaje, hubo un par de películas que comentamos más explícitamente: Cure de Kiyoshi Kurosawa y Birth de Jonathan Glazer


P: Una de las cosas más destacables es la puesta en escena y la atmósfera. ¿Tuviste alguna inspiración concreta o surge de tu visión autoral?

R: La visión propia está conformada por cómo dejas que las influencias aparezcan inconscientemente. La mirada selecciona qué te quedas de otros autores. Es un proceso inconsciente.

El equipo ha sido maravilloso, en gran parte repetido de la primera película y de otros trabajos previos, incluso cortos y publicidad. Con Esteban Ramos, director de foto, no solemos trabajar con referencias muy conscientes. Conversamos mucho sobre cine, pero sobre todo porque los años previos nos los pasamos hablando de películas, de qué nos gusta y qué no. Eso crea unas normas formales compartidas.

Sí recuerdo que, en el proceso de escritura y preparación, antes del rodaje, hubo un par de películas que comentamos más explícitamente: Cure de Kiyoshi Kurosawa y Birth de Jonathan Glazer. Vimos algunas escenas porque nos gustaba su manera de tratar el género. Pero no trabajamos con un director al que honrar. Es más una inspiración general en cuanto a puesta en escena y diálogo con el género, no una referencia per se.

P: La película habla de la posibilidad real de que la inteligencia artificial nos gane la partida. Siendo una película pre-ChatGPT, ¿ha cambiado tu perspectiva? ¿La habrías escrito distinto?

R: No. La manera de la película de aproximarse a la temática es tangencial. No pretende especular o pronosticar un futuro a corto plazo, como hacen otras películas más especulativas. Quizás esta sea una película que usa la ciencia ficción y la IA como excusa para algo más fabuloso, más mítico, sobre todo al final.

Pero sí la contextualizamos en un presente con una protagonista investigadora en IA, en modelos de lenguaje. Ella está entrenando un modelo, es como si trabajara en un Skynet pero de la universidad pública española. Queríamos esa estética: nada de high-tech yankee, sino universidad pública. No ves un montón de pantallas, ves dos. Como si entraras en la COMPLU o la UPV. Eso nos encantaba. Había que contextualizar y ser un poco rigurosos.

La historia viene de los 2010s; ChatGPT llegó después, pero ya se hablaba muchísimo. La estructura del guion, de hecho, recuerda cómo funcionan ahora las IA. Hemos investigado durante años y ha cambiado muchísimo. Pero al final sentíamos que estábamos surfeando bien la ola de la realidad porque la peli no se queda vieja.

Solo teníamos miedo de que las máquinas despertaran antes de que financiáramos la peli (risas).

P: A nivel personal, que empiece con una canción que me encanta como I Don't Like Mondays es algo estupendo. ¿Tiene alguna justificación narrativa? ¿Tiene relación con la historia?

R: Hay varias cosas que conectan, pero algunas no puedo contarlas porque forman parte del juego de la película. La canción nos situaba muy bien en el tono desde el primer plano y tenía cierta relación temática con la protagonista y con la idea de la rutina, de los días que se repiten.

También nos interesaba que introdujera esa sensación de tiempo suspendido, como si los días se quedaran atrapados en un fin de semana eterno.

Y, además, buscábamos una canción pop que pudiéramos usar en dos momentos distintos, una vez en CD y otra en vinilo, para jugar con esa mezcla entre lo digital y lo físico. Era importante para la atmósfera general de la película.

Singular es una coproducción entre España y Finlandia en la que han participado Vidania Films, White Leaf Producciones, 61ºNorth, RTVE y ETB. Está distribuida por Warner Bros España y tendrá su estreno en salas el 28 de noviembre.

Javi Ocaña Benítez

 


Director y jefe de redacción de Visto En 35MM.    
Amante del fantástico y apasionado de la escritura 
cinematográfica en todas sus vertientes

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